La joya ambiental al lado de Corabastos

El Humedal La Vaca es un hermoso lugar ubicado junto a la Central de Abastos más grande de Colombia, Corabastos. Esta reserva natural cuenta con un cuerpo de agua que alcanza hasta los 5 metros de profundidad en su parte más profunda, lo que por supuesto, contribuye al mejoramiento de la calidad del agua y del aire en la ciudad.

Durante la obra de rehabilitación y construcción de la malla vial, la Concesionaria Covial S.A, adoptó medidas destinadas a preservar esta reserva natural. Según el ingeniero Gustavo Díaz Pinzón, gerente técnico de la Concesionaria, “Covial construye pensando en el bien- estar de la gente. A raíz de la problemática de aguas residuales que se vertían al Humedal La Vaca, por un inadecuado manejo de desechos, se desplegó un plan de desagüe de redes: primero un vertimiento de aguas que está direccionado al colector de las Américas y luego otro, destinado al colector de aguas lluvias que des- embocan al canal del Río Fucha”.

Igualmente, las cubiertas de obra en la Bodega No. 35 fueron construidas con materiales que no concentran sustancias y están dispuestas para que las aguas lluvias se descarguen directamente al Humedal favoreciendo así los cuerpos de agua y la calidad de este.
Para Dora Consuelo Villalobos Burgos, Líder Social y Ambiental del humedal, este tipo de obras junto con la renovación de la malla vial de la Central, apoyadas por la administración de Corabastos, han contribuido a la mejora de este ecosistema y de las redes de alcantarillado.
En conversaciones con el periódico El Fruto, Villalobos nos dio a conocer la historia de la transformación de uno de los pulmones más importantes de Bogotá.
Según relata, a finales de los años 80 y comienzos de los 90, el Humedal La Vaca estaba destinado a desaparecer debido a la acción de los urbanizadores piratas que aprovecharon el abandono por parte de las autoridades locales para rellenarlo, lotearlo y venderlo, por supuesto de manera ilegal a familias que llegaban en condición de desplazamiento a la ciudad de Bogotá, con el sueño de volver a reconstruir sus vidas.
Afortunadamente la Ley 99 de 1993 y más adelante el Decreto 1753 de 1994, facultaron a la autoridad ambiental para delimitar las zonas de reserva, tales como el humedal y exigir Licencia Ambiental a las obras de urbanismo circundantes, previo el cumplimiento de requisitos establecidos.
Algunas administraciones distritales y locales realiza- ron cerramientos dejando incomunicadas a familias asentadas en las franjas aledañas al ecosistema, mencionó la señora Villalobos.
Esta situación se subsanó gracias a la intervención de líderes sociales de la zona y, en gran medida, a la articulación entre las organizaciones comunitarias y ambientales con la administración distrital y local.

Tal y como señala Dora Villalobos, en el Humedal La Vaca se pueden encontrar 44 especies de aves, 1300 especies arbóreas y una gran variedad de insectos, arácnidos, artrópodos, anfibios y reptiles.

Dora Consuelo Villalobos Burgos Defensora del Humedal La Vaca
A su vez, dijo, esta reserva natural sirve para la mitigación de inundaciones y es un regulador climático. De otro lado, este ecosistema es útil como aula viva de aprendizaje mediante la promoción de recorridos académicos, interpretativos y eco talleres ambientales para atender todo tipo de poblaciones. Es además un espacio para la investigación, la contemplación y la recreación pasiva, tiene un alto valor social y cultural para el disfrute y bienestar de la ciudadanía.

¡El humedal es un valiosos lugar que todos debemos conocer, cuidar y disfrutar!

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